"Hallelujah" de Georg Friedrich Häendel

Georg Friedrich Händel


Nació en Halle, Alemania, el 23 de febrero de 1685 y falleció el 14 de abril de 1759.

Desde muy pequeño empezó a practicar y estudiar música de manera secreta, ya que su padre quería que estudiase derecho y fuese abogado. Con 11 años, visitando a su hermano mayor, el Duque de Sajonia lo sorprendió tocando el órgano de la iglesia. Admirando la corta edad del niño y la belleza de la música, el Duque convenció al padre de Handel para que recibiera clases de música.

En 1703, con 18 años, Handel decidió comprometerse por completo a la música. Aunque trabajaba como violinista, fue su habilidad en el órgano lo que le empezó a dar fama.
Después empezó a componer varias óperas: Almira, Rodrigo y Agrippina. Fueron un éxito y viajo a Italia, viviendo en Venecia. Luego viajo a Londres donde compuso la ópera Rinaldo, su éxito más aclamado, como si hubiera ganado un Grammy. 

Cuando la ópera de estilo italiano se pasó de moda, comenzó a componer oratorios. Los oratorios son obras de concierto a gran escala, pero sin los trajes ni decorados elaborados como en la ópera. Así, gano mucho dinero y se hizo más famoso todavía. 

En 1741, le encargaron un oratorio basado en pasajes de la biblia, y así terminó el oratorio más famoso de Handel, el Mesías. Es una de las obras más interpretadas y conocidas en todo el mundo, especialmente su coro Aleluya.

Continuó componiendo durante el resto de su vida y carrera. Su salud se debilitó debido al estrés, tuvo varios derrames cerebrales y se quedó ciego, pero aún así… ¡seguía componiendo e interpretando hasta su muerte! Compuso más de 30 oratorios, 50 óperas y muchas otras obras más.

Hallelujah


Desde su estreno a mediados del siglo XVIII, “El Mesías” se ha convertido en una de las obras musicales más interpretadas de la historia, y ha recorrido el mundo.

Está dividido en tres partes. Para escribirlo, Händel se inspiró en diversos textos sagrados, y en los evangelios. Narra el nacimiento, pasión, muerte y resurrección de Jesús. Fue compuesta íntegramente en inglés, y mezcla música y texto, sin abusar de ninguna de las dos. 

Tras varias piezas en que la resurrección ya es un hecho, el segundo acto termina de forma triunfante con el “Aleluya”, que proclama “la resurrección del rey de reyes y del amo de amos”.

Escuchamos este fragmento.


No hay comentarios:

Publicar un comentario